lunes, 24 de noviembre de 2014

24° DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

"¿Qué signo claro hay en nuestra vida de que hemos sido alcanzados por la Misericordia de Dios?. A veces uno escucha: Padre, yo no sé si Dios me perdonó por este pecado, yo no me siento perdonado, no vivo en el perdón de Dios, esto me sigue hiriendo, esto me sigue pasando. No estoy seguro. ¿Dios me habrá perdonado?.
¿Cuál es el signo de la Misericordia de Dios?. Y es que Dios alcanzó al otro a través de mi corazón, cuando yo puedo llevar misericordia a la vida del otro, es un signo de que Dios está atravesando mi corazón y librándome de aquello que me pierde.
Podemos dejar pasar el Amor de Dios a través de nuestro corazón, ya no solamente Dios nos revela al prójimo, sino que Dios nos muestra como prójimo del otro, nos manda, nos envía al encuentro para poder nosotros llenar nuestra medida de amor, para poder nosotros cumplir con nuestra misión y transitar por el sendero que Dios nos ha marcando, que no es puramente qué bueno que soy, sino qué bueno que es Dios, que me permite llegar hasta el otro, que me incluye, que me atraviesa con su Misericordia y me lleva como embajador de su gracia hasta la vida del otro.
Por eso pidamósle al Señor que mueva nuestro corazón, para transformarnos en prójimos de todos aquellos que nos rodean y nos necesitan, muchas veces en cosas pequeñas, aparentemente insignificantes, pero que son las que hacen de nuestro sendero, de nuestro camino, un camino hasta el Reino de los Cielos..."

24º desp. de Pentecostés Sto. Mártir Orestes (+ S. I.) Stos. Mártires Olimpia y compañeros, de los Setenta (+ s. I) Lectura Apóstol: Ef. 2,14 – 22 Evangelio:...
YOUTUBE.COM